Ofrecimiento de flores espirituales ♦♦♦♦♦♦ Reflexionar en los principales misterios de la vida de María ♦♦♦♦♦♦ Recordar las apariciones de la Virgen ♦♦♦♦♦♦ Meditar en los cuatro dogmas sobre la Virgen María (Inmaculada Concepción, Maternidad divina, Perpetua virginidad y Asunción al Cielo) ♦♦♦♦♦♦ Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres ♦♦♦♦♦♦ Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen ♦♦♦♦♦♦ Vivir una devoción real y verdadera a María (Mirar a María como a una madre, demostrarle nuestro cariño, confiar plenamente en Ella, imitar sus virtudes) ♦♦♦♦♦♦ Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María ♦♦♦♦♦♦ Cantar las canciones dedicadas a María

¿Qué es la "espiritualidad mariana"?


La espiritualidad mariana consiste en la configuración con Cristo según el ejemplo de María, contando siempre con su ayuda, imitando su camino de fe.

No es "optativo" en la vida del creyente, Ella está íntimamente unida a la esencia de la espiritualidad de la Iglesia y por lo tanto a la espiritualidad Cristiana.
Tiene su fundamento bíblico en las palabras de Jesús en la Cruz a su Madre: "Mujer aquí tienes a tu hijo" y al discípulo: "Aquí tienes a tu Madre" (Jn. 19). Estas palabras determinan el lugar que ocupa María en la vida del discípulo de Cristo.

Esta Maternidad es un don de Cristo a los discípulos y por medio de ellos a cada hombre que lo acoge como Salvador y Redentor. La profundidad de esta relación se expresa por medio de la entrega y la acogida: acogiendo a la madre, como Juan, entre "sus cosas", el discípulo la introduce en todos los espacios de su vida interior, es decir en su yo humano y cristiano.

La entrega es la respuesta del amor de la madre y expresa la dimensión mariana del auténtico discípulo de Cristo. El que se consagra totalmente a Ella es el único que puede decir verdaderamente y plenamente aquello de que "el discípulo se la llevó a su casa"...

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