Ofrecimiento de flores espirituales ♦♦♦♦♦♦ Reflexionar en los principales misterios de la vida de María ♦♦♦♦♦♦ Recordar las apariciones de la Virgen ♦♦♦♦♦♦ Meditar en los cuatro dogmas sobre la Virgen María (Inmaculada Concepción, Maternidad divina, Perpetua virginidad y Asunción al Cielo) ♦♦♦♦♦♦ Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres ♦♦♦♦♦♦ Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen ♦♦♦♦♦♦ Vivir una devoción real y verdadera a María (Mirar a María como a una madre, demostrarle nuestro cariño, confiar plenamente en Ella, imitar sus virtudes) ♦♦♦♦♦♦ Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María ♦♦♦♦♦♦ Cantar las canciones dedicadas a María

Historia de un dogma : “Θεοτόκος”


La maternidad de María es plenamente humana. En la expresión: “Dios envió a su Hijo nacido de una mujer” está resumida la verdad fundamental sobre Jesús como Persona divina quien ha asumido totalmente nuestra naturaleza humana: Él es el Hijo de Dios, es engendrado por Él, y al mismo tiempo es el hijo de una mujer, María. Viene de ella. Procede de Dios y de María. Por eso la Madre de Jesús puede ser y debe ser llamada Madre de Dios, lo que en griego se dice Theotókos.


S.S. Benedicto XVI - Homilía, 31.12.2006

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Aproximadamente en el año 431 d.C. María fue proclamada no sólo "portadora de Cristo" sino "portadora de Dios", (en griego, Theotokos), en un concilio celebrado en Éfeso y presidido por Cirilo de Alejandría. Más tarde se repetiría en el Concilio de Calcedonia (año 451) y el segundo de Constantinopla (año 553).

¿Qué había sucedido?

La posición de María ya era, en este siglo IV, una cuestión obviamente preocupante :

Epifanio, un padre de la Iglesia, había hecho una distinción precisa : "Que María sea honrada, pero que el Padre, el Hijo y el Espíritu sean adorados".

En el primer concilio de Constantinopla del siglo IV la maternidad virginal de María había sido proclamada como una manera de asegurar la divinidad de Cristo: el dogma llamaba la atención sobre la suspensión de las leyes naturales en el momento de su encarnación.

Su formulación —basada en los conceptos naturaleza / persona— hay que inscribirla en la filosofía helenista que dominaba entonces la Cristiandad.

La instalación del dogma fue precedida de una disputa violenta a comienzos del siglo V entre el patriarca de Alejandría, Cirilo, y el patriarca de Constantinopla, Nestorio.

Cirilo proponía la fórmula “Theotokos” (Madre de Dios)

Nestorio proponía la de “Christotokos” (Madre de Cristo, es decir, del Jesús humano y mortal), este planteamiento resaltaba que Cristo poseía dos naturalezas, una humana y una divina; esto significaba que María llevó a Cristo en su vientre, pero no pudo haber llevado a Dios :

“Y ¿cómo podría Dios tener una madre? Nadie puede dar a luz a alguien más viejo que él mismo. Pero Dios es más viejo que María… Pero si Dios tiene una madre, entonces el pagano no merece realmente reproche alguno cuando habla de las madres de los dioses. Y Pablo sería un embustero cuando determina que la divinidad de Cristo “carece de padre y de madre” y de genealogía. Querido amigo, María no ha alumbrado a la divinidad [..]. el ente creado no es madre del increado [...]. La criatura no ha alumbrado al creador, sino al hombre, que fue instrumento de la divinidad [...]”

Los obispos de Siria estuvieron de acuerdo con Nestorio, pero no así Cirilo, patriarca de Alejandría. Se decidió entonces celebrar un concilio en Éfeso para discutir esta cuestión. Pero Cirilo declaró el concilio abierto antes de que se presentasen los obispos sirios e inmediatamente excomulgó a Nestorio, a quien no acompañaba nadie que pudiese defender su causa. Éste fue el dudoso y muy humano fundamento de un dogma que nunca más se pondría en duda.

Finalmente se adoptó como dogma la doctrina propuesta por Cirilo, se le concedió a María el título de Madre de Dios, y los nestorianos fueron condenados como herejes. En Éfeso y en Calcedonia ganaron los alejandrinos.

El Concilio de Éfeso formuló así el dogma : "Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona la Santísima Trinidad. María no es sólo madre de la naturaleza, del cuerpo, sino también de la persona, quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona , así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos, Dios y hombre. Entonces, Ella es la Madre de Dios."

Por otra parte, es curiosa la "coincidencia" de que este dogma se proclamara en Éfeso, ciudad que fue centro del culto a la Gran Madre de las religiones ancestrales, del culto a la diosa frigia Cibeles, diosa de la Madre Tierra, adorada en Anatolia desde tiempos del Neolítico; y del culto a la diosa Artemisa, diosa de la caza (Diana para los romanos), una diosa también virgen y también intercesora ante los dioses.
 
Santa María, MADRE DE DIOS,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén