Ofrecimiento de flores espirituales ♦♦♦♦♦♦ Reflexionar en los principales misterios de la vida de María ♦♦♦♦♦♦ Recordar las apariciones de la Virgen ♦♦♦♦♦♦ Meditar en los cuatro dogmas sobre la Virgen María (Inmaculada Concepción, Maternidad divina, Perpetua virginidad y Asunción al Cielo) ♦♦♦♦♦♦ Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres ♦♦♦♦♦♦ Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen ♦♦♦♦♦♦ Vivir una devoción real y verdadera a María (Mirar a María como a una madre, demostrarle nuestro cariño, confiar plenamente en Ella, imitar sus virtudes) ♦♦♦♦♦♦ Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María ♦♦♦♦♦♦ Cantar las canciones dedicadas a María

ECOS DE FÁTIMA 35


PEREGRINOS DE FÁTIMA (X)

María, ayúdame a encontrarme...


Óscar.

“Polvo eres y en polvo te convertirás”. Así se nos recuerda cada miércoles de ceniza, al sernos esta impuesta sobre la cabeza. Hemos de ser conscientes de nuestra limitación, y también de nuestro egoísmo, y saber que día tras día hemos de luchar por corregir nuestras acciones equivocadas. Somos polvo y volvemos al polvo. La vida son unos años… la muerte los corona. Qué hagamos con ella es responsabilidad nuestra.

Acabamos de regresar de Fátima. Allí el mensaje es claro, terrible y hermoso a la vez: hemos de corregirnos, hemos de cambiar. Los hombres hemos cogido un camino que nos lleva a la autodestrucción, al infierno. La Virgen nos invita a dejar que se trasforme nuestro corazón. Y para ello es necesario luchar contra nosotros mismos… es necesario “morirnos” a nosotros mismos. Sólo entonces seremos felices.

En Fátima podemos ver con claridad los dos caminos: el de Cristo y el del mundo. Qué me ofrece Cristo y qué me ofrece el mundo. Nos cuesta, nos cuesta mucho dejarnos conquistar por Cristo, porque eso supone un dolor, el dolor de quien se entrega, de quien se encuentra con su miseria, con sus incoherencias y con sus faltas de amor… el dolor de ver que la propia vida es un sin-sentido. Pero cuando le abres paso, ese dolor se vuelve PAZ. La paz de saber que somos amados, que hay un amor infinito que puede con la desesperanza… que en medio de las luchas mi vida tiene un sentido. Pero mi vida solo puede tener un sentido si lo miro a Él, si se la doy a Él.

Vivir la vida desde mi puro criterio o vivir la vida haciendo de Cristo el fundamento de mi vida cambia como de la noche a la mañana. La primera opción se ampara en las fuerzas propias, que acaban en el agotamiento y en la muerte. La segunda opción se ampara en la fuerza y en el perdón de Dios que no pasa, acaban en el perdón de los pecados y en la vida eterna.

También hubo tiempo para la diversión… y para hacer el ridículo. El mundo nos ofrece diversión. Cristo no nos la quita, pero hace que nos divirtamos de una forma totalmente diferente a la que nos ofrece el mundo, que no le llega ni a la suela de los zapatos. Al final puedes decir: he tocado lo infinito, me siento lleno de dignidad, creo que puedo y quiero trasformar el mundo.

No hay comentarios: