"Dios Te salve, María, Madre de Dios, tesoro venerado de todo el universo, luz que no se apaga. De Tí nació el sol de la justicia, cetro de la verdad, templo indestructible.
Dios te salve María, morada de Aquél que ningún lugar contiene, Tú que hiciste crecer una espiga que no se marchitará nunca.
Por Tí los pastores alabaron a Dios, por Tí es bendecido, en el Evangelio, el que viene en nombre del Señor.
Por Tí la Trinidad es glorificada, por Tí se adora la Cruz en el mundo entero.
Por Tí exultan los cielos, por Tí la humanidad caída fue reedificada.
Por Tí el mundo entero finalmente conoció la Verdad.
Por Tí se fundaron iglesias en toda la tierra.
Por Tí el Hijo único de Dios hizo resplandecer su luz sobre los que permanecían en la oscuridad, bajo la sombra de la muerte.
Por Tí los apóstoles pudieron anunciar la salvación a las naciones.
¿Cómo cantar dignamente tu alabanza, ¡oh Madre de Dios!, por quien la tierra entera se estremece de júbilo?"
(San Cirilo de Alejandría)
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